lunes, 6 de enero de 2014

Propiedades medicinales de la Berenjena

La berenjena (Solanum melongena)
Plantas Medicinales
La berenjena pertenece a la familia de las Solanáceas (Solanaceae). La especie silvestre es Solanum melongena y la variedad de fruto globoso es Solanum melongena variedad esculentum.

Origen y zonas de cultivo:
La berenjena es una baya de forma variable (esférica, ovoide u oblonga) y color morado más o menos intenso.

El origen de esta hortaliza es oriental, concretamente de la India. Su introducción en Europa data de la Edad Media, cuando los árabes la llevaron a España. Sin embargo, desde su introducción en Europa y durante siglos después, la berenjena fue estimada únicamente como adorno exótico, debido a la creencia de que el consumo de esta hortaliza provocaba mal aliento, lepra y cáncer.

La berenjena, en climas templados se cultiva mucho como anual. Crece despacio y le dañan las temperaturas inferiores a 10 °C.

Propiedades curativos:

Diurética: esto se debe a que la berenjena aumenta la filtración glomerular en los riñones, haciendo que sea un alimento ideal para el caso de litiasis renal (como conocemos más comúnmente cálculos), para edemas (retención de líquidos), hipertensión y afecciones cardíacas.

Tónico digestivo: la berenjena será encargada de estimular el vaciamiento y la producción de jugo pancreático, así también como la activación de la función biliar, favoreciendo suavemente el vaciamiento de la bilis.

Laxante: esta propiedad se la debemos a las fibras naturales de la berenjena, especialmente la celulosa.

Preventiva del cáncer: investigaciones recientes muestran que los frutos de las familias de las Solanaceas como la berenjena y también el tomate, son muy ricos en elementos fitoquímicos. Estas sustancias protegen contra la formación de canceres.

Es ligeramente indigesta por eso es mejor tomarla al mediodía. Bien cocida es un remedio para el insomnio, disminuye el colesterol y favorece la formación de orina. Su aceite se emplea para mejorar las afecciones reumáticas y activar la circulación mediante masajes. Bastará con freír en abundante aceite la piel de dos berenjenas durante dos horas sin que se quemen, lo conservaremos en un frasco de cristal cerrado.

Para el tratamiento de hígado graso, es cortada en rodaja y puesta en agua, tomar como agua común.

Información nutricional:
hidratos de carbono, 3.57 g
proteínas, 1.02 g
grasas. 0.034 g
Los minerales y las vitaminas se encuentran en pequeñas cantidades, destacándose: potasio, hierro, vitamina B6 y folatos.

En la cocina:
Esta hortaliza se ha de consumir cocinada (nunca cruda) en sus muchas preparaciones culinarias, para eliminar las sustancias tóxicas que contiene. Se puede salar antes de su cocción para eliminar su contenido en jugos amargos, reducir su humedad y conseguir una pulpa más densa que absorba menos aceite durante su preparación culinaria. 

Se dejan reposar de este modo durante unos 30 minutos para que suelten los jugos, y posteriormente se enjuagan para eliminar el exceso de sal, se secan con papel absorbente y se cuecen lo antes posible. En caso de que no se sale se puede añadir un poco de zumo de limón con el fin de eliminar el amargor.

Su carne se consume a modo de verdura, cocida, frita o rebozada en rodajas o rellenas de carne, verduras, jamón, pescado, etc., que finalmente se pueden gratinar con queso antes de servir.

La berenjena frita es la forma menos digerible y la más calórica puesto que absorbe importante cantidad del aceite de la fritura.

Criterios de calidad en la compra y conservación: Por lo general, las berenjenas más sabrosas son las más tiernas y firmes, de unos 5-8 centímetros de diámetro, con la cáscara lisa y brillante. El color, que varía según la variedad, deberá ser siempre uniforme, sin manchas, arrugas ni zonas blandas. Las más grandes y maduras suelen resultar fibrosas y amargas.

Un truco para saber si está bien madura consiste en hacer una ligera presión con los dedos sobre el borde de ésta; si los dedos dejan huella, la berenjena está madura; si tras la presión no quedan marcas, aún no ha alcanzado la madurez óptima.

Al tratarse de un alimento perecedero, conviene manipularla con cuidado y conservarla en refrigeración hasta su consumo, que debe ser lo antes posible. Nunca se debe envolver en un film transparente, pues impide su respiración. Conviene mantenerla aislada del resto de verduras y frutas, ya que reacciona con el gas etileno producido por la respiración de otros vegetales y se estropea antes.

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